CONCLUSIONES DEL PRIMER SEMINARIO DE GESTIÓN DEL PATRIMONIO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA, REALIZADO LOS DÍAS 28 Y 29 DE MAYO DE 2009, EN LAS CIUDADES DE VALPARAÍSO Y SANTIAGO RESPECTIVAMENTE.
CARTA A LOS PUEBLOS Y AUTORIDADES DE CHILE SOBRE EL PATRIMONIO DE TODOS LOS CHILENOS
Preámbulo
Diversas organizaciones sociales, vecinos de barrios y zonas patrimoniales, junto a profesionales, decidieron convocarse para compartir experiencias y proponer una serie de acciones en torno a la mejor protección, conservación y desarrollo de las áreas patrimoniales de Chile, tanto urbanas como rurales. Con el objeto de lograr una mejor comprensión de los problemas y tener una visión más amplia se invitaron también a diferentes instituciones y autoridades del Gobierno, del Congreso Nacional y de los municipios.
En los seminarios realizados en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Valparaíso y el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago participaron alrededor de 360 personas, entre expositores y asistentes, las cuales se inscribieron previamente, acordándose que recibirán las conclusiones de estos eventos, con el objeto de que las difundan y promuevan, de acuerdo a su libre albedrío y parecer de las organizaciones de las cuales pueden ser parte, existiendo un plazo prudente para que todos los que lo deseen puedan enviar sus observaciones a los organizadores, de tal manera de hacer las rectificaciones y adiciones que correspondan. Por otra parte, quienes no asistieron a este seminario, pero que consideren que sus conclusiones y observaciones los interpretan podrán suscribirlas.
Consideraciones, recomendaciones y conclusiones
La participación ciudadana es un derecho esencial de las comunidades en cuanto a la definición, protección, gestión y goce de las áreas patrimoniales en las cuales viven, lo que implica también deberes individuales y colectivos con el objeto de alcanzar el mejor desarrollo, calidad de vida, justicia, inclusión social, felicidad y respeto a la diversidad.
Los vecinos comprendemos que la significación de nuestros barrios patrimoniales no solo está en sus valores históricos, arquitectónicos y sociales, sino esencialmente en quienes viven y trabajan en ellos, quienes construyen día a día, en familia y en comunidad, una forma de vida que debe ser respetada y dignificada como parte de nuestra identidad y realidad histórica.
Hoy más de un millón de chilenos viven en áreas patrimoniales legalmente establecidas que están bajo protección oficial del Estado, cifra que irá en aumento debido al interés ciudadano por proteger y defender sus barrios y lugares patrimoniales por diversas causas, siendo las más importantes de ellas la amenaza de algunas empresas inmobiliarias y la ausencia o debilidad de instrumentos de planificación urbana que velen por el desarrollo armónico de quienes habitan cada barrio y de las ciudades y pueblos en general.
Queremos pasar de la defensa de nuestros barrios patrimoniales a su desarrollo y gestión, donde nuestras autoridades sean nuestras verdaderas aliadas y no tengamos la sensación y la constatación de que sirven a otros intereses ajenos a nuestra mejor calidad de vida, felicidad y progreso armónico de Chile, donde la inclusión, y no la exclusión y separación de los barrios, sea la forma de construir ciudad.
Los expositores y asistentes presentaron sus experiencias, tanto de defensa, como de protección y gestión de algunos barrios que han sido declarados zonas típicas o están en proceso de ello, tanto en Santiago, como en Valparaíso. En particular se dieron a conocer los procesos de participación ciudadana en la protección de los barrios de Yungay, Viel, Canteras de Colina, Dalmacia, Bellavista en la ciudad de Santiago, como así también los problemas de conservación y gestión que enfrentan áreas patrimoniales protegidas como las de Valparaíso.
Los asistentes manifiestan que las decisiones que se tomen en la planificación de los barrios patrimoniales, sea en su conservación, como en el uso del suelo, como en la determinación de las alturas de sus construcciones, deben ser parte de un proceso de participación comunitaria permanente, donde los vecinos o residentes no sólo sean informados, sino más bien escuchados y que se conviertan en actores fundamentales, evitando que las autoridades comunales tomen decisiones sólo en función de los intereses de los empresarios inmobiliarios u otros, sin considerar los impactos sociales, ambientales y económicos que afectan a los vecinos.
Con el objeto de promover la conservación y desarrollo de los barrios patrimoniales de Chile, de impulsar la participación de los vecinos y de lograr que sus legítimos intereses de vivir mejor sean respetados, se acuerda promover la creación de una “Asociación Nacional de Vecinos y Ciudadanos por el Patrimonio”, la cual podrá ser integrada por organizaciones y personas. En una primera etapa esta entidad será una red nacional, con una directiva provisoria, pero que en la medida de su crecimiento se constituirá legalmente en los próximos meses.
Solicitar a las autoridades comunales que flexibilicen el uso del espacio público para las actividades culturales y sociales de los vecinos, el cual cada vez debe ser más amable y acogedor a quienes viven en los barrios, siendo esta una forma efectiva de recuperar tales espacios para la ciudadanía, minimizando así la delincuencia y la sensación de inseguridad ciudadana. De la misma manera se debe evitar la comercialización del espacio público a favor de las empresas que solo buscan su propio beneficio, contaminando visualmente parques, plazas y edificios.
Queremos la creación de escuelas taller de arte y patrimonio que rescaten los antiguos oficios e incorporen las nuevas tecnologías para la conservación de nuestros inmuebles y espacios urbanos, junto con promover el arte y la participación en diversas ciudades de Chile. Tales escuelas deben ser un espacio para que los jóvenes, adultos y ancianos, hombres, mujeres y niños, puedan volcarse hacia su comunidad, hacia su barrio y otros sectores de la ciudad, trasmitiendo y construyendo identidades, rescatando memorias, restaurando los lazos sociales y reparando casas. Un espacio donde no solo se rescata y recibe formación técnica, sino también donde se aprende una forma de ganarse la vida.
No queremos que cada barrio se transforme en un campo de batalla. Comprendemos los diferentes usos que tiene el espacio urbano, pero estos tienen que ser consensuados en primer lugar con quienes vivimos en ellos, respetando nuestra historia, nuestra diversidad y nuestros propios intereses. De la misma manera creemos que debe derogarse la norma de la fachada continua en aquellos sectores urbanos sujetos a renovación urbana o ya demolidos, ya que ello significa solo un beneficio para las empresas constructoras, con el objeto de aumentar la superficie construida, la concentración de las personas, sin considerar los aspectos ambientales, la vialidad y los espacios colectivos, llevando a la larga solo el deterioro de los barrios y la calidad de vida de todos.
Promover una política de creación de cooperativas patrimoniales, donde los propios vecinos puedan crear entidades comunitarias que se dediquen a la restauración, mantención y gestión de sus bienes patrimoniales, prestando el Estado todo su apoyo para el éxito de estas iniciativas.
Queremos que cada barrio patrimonial tenga su plan maestro, donde todos los actores sociales participen y tengan voz y voto, el cual se incluya en el plano regulador de cada comuna. En los barrios patrimoniales de interés turístico queremos que dicha actividad “sirva” al patrimonio y al desarrollo de los vecinos y no que el patrimonio “sirva” a un turismo cuyos beneficios quedan en su totalidad fuera de la comunidad, pagando ésta los costos de dicha actividad y amenazando además la propia permanencia de los vecinos en sus barrios.
Sobre el particular queremos defender y promover nuestras tiendas y negocios tradicionales, mejorando su gestión, pero preservando sus valores patrimoniales, destacando proyectos como el de “Lugares Valiosos” de los barrios patrimoniales de Valparaíso, iniciativa que debe replicarse en otras ciudades y pueblos.
Impulsar la creación de Oficinas de Gestión Patrimonial Comunitaria en cada barrio, de tal manera de apoyar a los vecinos en la conservación de sus bienes patrimoniales, en la recuperación del espacio público como un espacio para los vecinos, en la creación de museos de barrio, en la formación de los jóvenes para que conozcan, valoren y respeten el patrimonio de todos, colaborando para ello con las escuelas locales, los municipios y otras entidades.
Es nuestro interés también promover todas las formas de difusión y educación sobre los valores de nuestros barrios patrimoniales, sea a través de revistas, sitios en internet, radio y televisión, como también impulsar cada vez más los Cabildos de los barrios como una forma de participación comunitaria.
Queremos que se transparenten los beneficios que de parte del Estado reciben las empresas inmobiliarias, sean en descuentos de impuestos, subsidios y otros medios directos e indirectos, de tal manera que sea la ciudadanía quien juzgue la mejor forma de canalizar tales recursos, o cómo se puedan crear otros nuevos instrumentos económicos y beneficios en favor de los vecinos.
Creación de un Fondo Nacional del Patrimonio. Es urgente que el Gobierno destine recursos para un fondo nacional de conservación de los barrios y zonas patrimoniales, donde la realidad propia de cada barrio esté presente y que no sea la lógica del mercado y la competencia la que decida el destino de los recursos.
Creación de nuevos subsidios. Es urgente reconsiderar los subsidios que existen para la construcción y reparación de viviendas. Estos no llegan a los propietarios de viviendas patrimoniales, para quienes se necesita diseñar instrumentos de apoyo real que les permitan vivir dignamente en sus propias casas y barrios, evitando que las políticas públicas y el mercado inmobiliario los expulsen de sus áreas residenciales.
Queremos la exención tributaria para los propietarios de los inmuebles o que en su defecto tales recursos constituyan un fondo que se reinvierta en la conservación patrimonial de las zonas típicas.
Queremos créditos blandos que favorezcan a los propietarios que les permitan realizar obras de conservación, restauración y mantención de los inmuebles patrimoniales, sin importar que tales propiedades sean o no destinadas a actividades con o sin fines de lucro.
Creación de una autoridad nacional patrimonial, un sistema nacional de áreas patrimoniales con normas claras de protección, conservación y gestión, con una participación real y no solo consultiva de los ciudadanos, con recursos adecuados y políticas públicas estables.
Reconocimiento legal del patrimonio inmaterial como una categoría más de la ley de monumentos nacionales. En marzo de este año se publicó en el Diario Oficial la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y esperamos que esta publicación se transforme en leyes que normen y salvaguarden nuestra riqueza patrimonial cultural inmaterial expresada en fiestas, tradiciones, expresiones orales, técnicas artesanales tradicionales, entre otros.
Señalamos que nos preocupa el próximo envío al Congreso de un proyecto de ley que crea una nueva institucionalidad patrimonial para Chile. Dicho proyecto no ha sido discutido con la ciudadanía, incluso nos es desconocido en lo particular, llamando la atención que las propias autoridades del área lo desconocen o no se refieren a él. Por cierto que existen deficiencias, faltas de recursos, normas legales no adecuadas a la realidad actual en la legislación e institucionalidad patrimonial vigente. Pero lo poco que se nos ha informado del nuevo proyecto nos indica que no se supera los problemas de fondo, que se mantendrá la duplicidad de funciones en diferentes ministerios y servicios públicos, que se confunde el rol de la creación cultural con la gestión y conservación del patrimonio, que los vecinos y sujetos del patrimonio no tendrán una real participación, que las instituciones patrimoniales actuales serán anuladas o divididas en sus funciones, etc. Por cierto será el Congreso quien decida finalmente, pero creemos que una mejor y mayor participación de todos evitará mayores incertidumbres y problemas, ya que mientras esto no se resuelva será el patrimonio, nosotros y el país quien sufra las consecuencias.
También nos preocupa la modificación a la Ley de Urbanismo y Construcción actualmente en trámite en el Senado. Las modificaciones de las normas de planificación urbana deben ir en favor de los habitantes reales de la ciudad y no de las empresas que sólo buscan beneficios a corto plazo cuyos costos ambientales los pagan todos los ciudadanos y en especial los residentes de cada barrio, al cual quieren convertir en objeto de su especulación inmobiliaria. En este sentido, rechazamos la propuesta “Contratos de asociación” y “Derechos de construcción transables”, mecanismo mediante el cual dos o más terrenos colindantes o cercanos, se asocian a través de un contrato privado, con el objetivo de traspasar total o parcialmente sus excedentes de constructibilidad establecidos en el Plan Regulador Comunal. También rechazamos el artículo 79 que permitirá a las municipalidades y servicios de vivienda y Urbanismo la demolición total o parcial de inmuebles o conjuntos de inmuebles por deterioro o insalubridad. Además creemos que los planes reguladores deben ser objeto de consultas comunales vinculantes y no la decisión de ciertas autoridades.
Representación ciudadana en el Consejo de Monumentos Nacionales. En el mismo sentido queremos que los vecinos de los barrios y zonas patrimoniales, estén declarados o no, tengan representación con voz y voto en las decisiones que toma la autoridad, sea en el actual Consejo de Monumentos Nacionales o la entidad que cumpla tales funciones. Lo mismo respecto a las decisiones que sobre el particular le competan a los municipios.
Solicitar a las autoridades nacionales y comunales que impidan la demolición de los inmuebles cuando una solicitud de declaración de área protegida patrimonial, tales como monumentos históricos, zonas típicas, inmuebles y zonas de conservación, está en curso ante la autoridad.
Las experiencias en la declaración de zonas típicas por los vecinos ante el Consejo de Monumentos Nacionales han sido diversas, pero llama la atención como en los últimos meses han aumentado los requisitos y la burocracia en el proceso de declaración, la ausencia de fiscalización en las áreas declaradas y la negligencia en dar respuesta oportuna y útil a los vecinos en varios casos, cuestión que algunos dirigentes de barrios patrimoniales han denunciado públicamente.
En atención a lo anterior, las demoras en los procesos de declaración de zonas típicas han implicado que los municipios entreguen permisos de construcción, lo que han significado la destrucción de inmuebles para la construcción de edificios de altura, situación que amenaza la calidad de vida de todo un barrio. Por lo mismo algunos vecinos y dirigentes han solicitado la unidad con el objeto de protestar ante tales prácticas legales o ilegales y presentar los recursos de protección que correspondan ante la justicia y las autoridades locales, regionales y nacionales.
Finalmente, creemos que para impulsar estas conclusiones es importante avanzar en el establecimiento de una ciudadanía patrimonial que se funda en nuestra memoria histórica particular y en nuestras formas de participación social, no para que nos cerremos a lo nuevo o lo foráneo, sino más bien para que consolidemos de manera positiva nuestras identidades, potenciando los valores universales de respeto y la paz entre todos los pueblos, los cuales siempre deben guiar nuestras acciones, siendo el cuidado y valoración de nuestro patrimonio una forma de dignificar la existencia de cada uno de nosotros, tanto individualmente como colectivamente.
Valparaíso y Santiago, 28 y 29 de mayo de 2009.
Suscriben esta carta al 10 de Junio de 2009:
Organizaciones
Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay
Vecinos Zona Típica Barrio Dalmacia
Fundación Patrimonio Nuestro
Fundación Víctor Jara
Dirección de Extensión Universidad de Playa Ancha
Cultura en Movimiento
Red Cultural Víctor Jara, Coordinación Valparaíso
Centro Cultural Patricio Bunster
Centro Cultural El Sitio de Yungay
Personas
Ángel Cabeza, Arqueólogo.
José Osorio, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay
Karen Medina, Periodista
María Cristina Bustos: Presidenta Junta de Vecinos N° 11, Nataniel Cox, 10a Agrupación, Santiago. Zona Típica Barrio Viel.
Mireya Pinto Millán: Presidenta Junta de Vecinos N° 12, Manuel Barros Borgoño, 10a Agrupación, Santiago. Zona Típica Barrio Viel.
Rosario Carvajal, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.
Si adhieres a esta carta envía un correo a: elsitiodeyungay@gmail.com
CARTA A LOS PUEBLOS Y AUTORIDADES DE CHILE SOBRE EL PATRIMONIO DE TODOS LOS CHILENOS
Preámbulo
Diversas organizaciones sociales, vecinos de barrios y zonas patrimoniales, junto a profesionales, decidieron convocarse para compartir experiencias y proponer una serie de acciones en torno a la mejor protección, conservación y desarrollo de las áreas patrimoniales de Chile, tanto urbanas como rurales. Con el objeto de lograr una mejor comprensión de los problemas y tener una visión más amplia se invitaron también a diferentes instituciones y autoridades del Gobierno, del Congreso Nacional y de los municipios.
En los seminarios realizados en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Valparaíso y el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago participaron alrededor de 360 personas, entre expositores y asistentes, las cuales se inscribieron previamente, acordándose que recibirán las conclusiones de estos eventos, con el objeto de que las difundan y promuevan, de acuerdo a su libre albedrío y parecer de las organizaciones de las cuales pueden ser parte, existiendo un plazo prudente para que todos los que lo deseen puedan enviar sus observaciones a los organizadores, de tal manera de hacer las rectificaciones y adiciones que correspondan. Por otra parte, quienes no asistieron a este seminario, pero que consideren que sus conclusiones y observaciones los interpretan podrán suscribirlas.
Consideraciones, recomendaciones y conclusiones
La participación ciudadana es un derecho esencial de las comunidades en cuanto a la definición, protección, gestión y goce de las áreas patrimoniales en las cuales viven, lo que implica también deberes individuales y colectivos con el objeto de alcanzar el mejor desarrollo, calidad de vida, justicia, inclusión social, felicidad y respeto a la diversidad.
Los vecinos comprendemos que la significación de nuestros barrios patrimoniales no solo está en sus valores históricos, arquitectónicos y sociales, sino esencialmente en quienes viven y trabajan en ellos, quienes construyen día a día, en familia y en comunidad, una forma de vida que debe ser respetada y dignificada como parte de nuestra identidad y realidad histórica.
Hoy más de un millón de chilenos viven en áreas patrimoniales legalmente establecidas que están bajo protección oficial del Estado, cifra que irá en aumento debido al interés ciudadano por proteger y defender sus barrios y lugares patrimoniales por diversas causas, siendo las más importantes de ellas la amenaza de algunas empresas inmobiliarias y la ausencia o debilidad de instrumentos de planificación urbana que velen por el desarrollo armónico de quienes habitan cada barrio y de las ciudades y pueblos en general.
Queremos pasar de la defensa de nuestros barrios patrimoniales a su desarrollo y gestión, donde nuestras autoridades sean nuestras verdaderas aliadas y no tengamos la sensación y la constatación de que sirven a otros intereses ajenos a nuestra mejor calidad de vida, felicidad y progreso armónico de Chile, donde la inclusión, y no la exclusión y separación de los barrios, sea la forma de construir ciudad.
Los expositores y asistentes presentaron sus experiencias, tanto de defensa, como de protección y gestión de algunos barrios que han sido declarados zonas típicas o están en proceso de ello, tanto en Santiago, como en Valparaíso. En particular se dieron a conocer los procesos de participación ciudadana en la protección de los barrios de Yungay, Viel, Canteras de Colina, Dalmacia, Bellavista en la ciudad de Santiago, como así también los problemas de conservación y gestión que enfrentan áreas patrimoniales protegidas como las de Valparaíso.
Los asistentes manifiestan que las decisiones que se tomen en la planificación de los barrios patrimoniales, sea en su conservación, como en el uso del suelo, como en la determinación de las alturas de sus construcciones, deben ser parte de un proceso de participación comunitaria permanente, donde los vecinos o residentes no sólo sean informados, sino más bien escuchados y que se conviertan en actores fundamentales, evitando que las autoridades comunales tomen decisiones sólo en función de los intereses de los empresarios inmobiliarios u otros, sin considerar los impactos sociales, ambientales y económicos que afectan a los vecinos.
Con el objeto de promover la conservación y desarrollo de los barrios patrimoniales de Chile, de impulsar la participación de los vecinos y de lograr que sus legítimos intereses de vivir mejor sean respetados, se acuerda promover la creación de una “Asociación Nacional de Vecinos y Ciudadanos por el Patrimonio”, la cual podrá ser integrada por organizaciones y personas. En una primera etapa esta entidad será una red nacional, con una directiva provisoria, pero que en la medida de su crecimiento se constituirá legalmente en los próximos meses.
Solicitar a las autoridades comunales que flexibilicen el uso del espacio público para las actividades culturales y sociales de los vecinos, el cual cada vez debe ser más amable y acogedor a quienes viven en los barrios, siendo esta una forma efectiva de recuperar tales espacios para la ciudadanía, minimizando así la delincuencia y la sensación de inseguridad ciudadana. De la misma manera se debe evitar la comercialización del espacio público a favor de las empresas que solo buscan su propio beneficio, contaminando visualmente parques, plazas y edificios.
Queremos la creación de escuelas taller de arte y patrimonio que rescaten los antiguos oficios e incorporen las nuevas tecnologías para la conservación de nuestros inmuebles y espacios urbanos, junto con promover el arte y la participación en diversas ciudades de Chile. Tales escuelas deben ser un espacio para que los jóvenes, adultos y ancianos, hombres, mujeres y niños, puedan volcarse hacia su comunidad, hacia su barrio y otros sectores de la ciudad, trasmitiendo y construyendo identidades, rescatando memorias, restaurando los lazos sociales y reparando casas. Un espacio donde no solo se rescata y recibe formación técnica, sino también donde se aprende una forma de ganarse la vida.
No queremos que cada barrio se transforme en un campo de batalla. Comprendemos los diferentes usos que tiene el espacio urbano, pero estos tienen que ser consensuados en primer lugar con quienes vivimos en ellos, respetando nuestra historia, nuestra diversidad y nuestros propios intereses. De la misma manera creemos que debe derogarse la norma de la fachada continua en aquellos sectores urbanos sujetos a renovación urbana o ya demolidos, ya que ello significa solo un beneficio para las empresas constructoras, con el objeto de aumentar la superficie construida, la concentración de las personas, sin considerar los aspectos ambientales, la vialidad y los espacios colectivos, llevando a la larga solo el deterioro de los barrios y la calidad de vida de todos.
Promover una política de creación de cooperativas patrimoniales, donde los propios vecinos puedan crear entidades comunitarias que se dediquen a la restauración, mantención y gestión de sus bienes patrimoniales, prestando el Estado todo su apoyo para el éxito de estas iniciativas.
Queremos que cada barrio patrimonial tenga su plan maestro, donde todos los actores sociales participen y tengan voz y voto, el cual se incluya en el plano regulador de cada comuna. En los barrios patrimoniales de interés turístico queremos que dicha actividad “sirva” al patrimonio y al desarrollo de los vecinos y no que el patrimonio “sirva” a un turismo cuyos beneficios quedan en su totalidad fuera de la comunidad, pagando ésta los costos de dicha actividad y amenazando además la propia permanencia de los vecinos en sus barrios.
Sobre el particular queremos defender y promover nuestras tiendas y negocios tradicionales, mejorando su gestión, pero preservando sus valores patrimoniales, destacando proyectos como el de “Lugares Valiosos” de los barrios patrimoniales de Valparaíso, iniciativa que debe replicarse en otras ciudades y pueblos.
Impulsar la creación de Oficinas de Gestión Patrimonial Comunitaria en cada barrio, de tal manera de apoyar a los vecinos en la conservación de sus bienes patrimoniales, en la recuperación del espacio público como un espacio para los vecinos, en la creación de museos de barrio, en la formación de los jóvenes para que conozcan, valoren y respeten el patrimonio de todos, colaborando para ello con las escuelas locales, los municipios y otras entidades.
Es nuestro interés también promover todas las formas de difusión y educación sobre los valores de nuestros barrios patrimoniales, sea a través de revistas, sitios en internet, radio y televisión, como también impulsar cada vez más los Cabildos de los barrios como una forma de participación comunitaria.
Queremos que se transparenten los beneficios que de parte del Estado reciben las empresas inmobiliarias, sean en descuentos de impuestos, subsidios y otros medios directos e indirectos, de tal manera que sea la ciudadanía quien juzgue la mejor forma de canalizar tales recursos, o cómo se puedan crear otros nuevos instrumentos económicos y beneficios en favor de los vecinos.
Creación de un Fondo Nacional del Patrimonio. Es urgente que el Gobierno destine recursos para un fondo nacional de conservación de los barrios y zonas patrimoniales, donde la realidad propia de cada barrio esté presente y que no sea la lógica del mercado y la competencia la que decida el destino de los recursos.
Creación de nuevos subsidios. Es urgente reconsiderar los subsidios que existen para la construcción y reparación de viviendas. Estos no llegan a los propietarios de viviendas patrimoniales, para quienes se necesita diseñar instrumentos de apoyo real que les permitan vivir dignamente en sus propias casas y barrios, evitando que las políticas públicas y el mercado inmobiliario los expulsen de sus áreas residenciales.
Queremos la exención tributaria para los propietarios de los inmuebles o que en su defecto tales recursos constituyan un fondo que se reinvierta en la conservación patrimonial de las zonas típicas.
Queremos créditos blandos que favorezcan a los propietarios que les permitan realizar obras de conservación, restauración y mantención de los inmuebles patrimoniales, sin importar que tales propiedades sean o no destinadas a actividades con o sin fines de lucro.
Creación de una autoridad nacional patrimonial, un sistema nacional de áreas patrimoniales con normas claras de protección, conservación y gestión, con una participación real y no solo consultiva de los ciudadanos, con recursos adecuados y políticas públicas estables.
Reconocimiento legal del patrimonio inmaterial como una categoría más de la ley de monumentos nacionales. En marzo de este año se publicó en el Diario Oficial la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y esperamos que esta publicación se transforme en leyes que normen y salvaguarden nuestra riqueza patrimonial cultural inmaterial expresada en fiestas, tradiciones, expresiones orales, técnicas artesanales tradicionales, entre otros.
Señalamos que nos preocupa el próximo envío al Congreso de un proyecto de ley que crea una nueva institucionalidad patrimonial para Chile. Dicho proyecto no ha sido discutido con la ciudadanía, incluso nos es desconocido en lo particular, llamando la atención que las propias autoridades del área lo desconocen o no se refieren a él. Por cierto que existen deficiencias, faltas de recursos, normas legales no adecuadas a la realidad actual en la legislación e institucionalidad patrimonial vigente. Pero lo poco que se nos ha informado del nuevo proyecto nos indica que no se supera los problemas de fondo, que se mantendrá la duplicidad de funciones en diferentes ministerios y servicios públicos, que se confunde el rol de la creación cultural con la gestión y conservación del patrimonio, que los vecinos y sujetos del patrimonio no tendrán una real participación, que las instituciones patrimoniales actuales serán anuladas o divididas en sus funciones, etc. Por cierto será el Congreso quien decida finalmente, pero creemos que una mejor y mayor participación de todos evitará mayores incertidumbres y problemas, ya que mientras esto no se resuelva será el patrimonio, nosotros y el país quien sufra las consecuencias.
También nos preocupa la modificación a la Ley de Urbanismo y Construcción actualmente en trámite en el Senado. Las modificaciones de las normas de planificación urbana deben ir en favor de los habitantes reales de la ciudad y no de las empresas que sólo buscan beneficios a corto plazo cuyos costos ambientales los pagan todos los ciudadanos y en especial los residentes de cada barrio, al cual quieren convertir en objeto de su especulación inmobiliaria. En este sentido, rechazamos la propuesta “Contratos de asociación” y “Derechos de construcción transables”, mecanismo mediante el cual dos o más terrenos colindantes o cercanos, se asocian a través de un contrato privado, con el objetivo de traspasar total o parcialmente sus excedentes de constructibilidad establecidos en el Plan Regulador Comunal. También rechazamos el artículo 79 que permitirá a las municipalidades y servicios de vivienda y Urbanismo la demolición total o parcial de inmuebles o conjuntos de inmuebles por deterioro o insalubridad. Además creemos que los planes reguladores deben ser objeto de consultas comunales vinculantes y no la decisión de ciertas autoridades.
Representación ciudadana en el Consejo de Monumentos Nacionales. En el mismo sentido queremos que los vecinos de los barrios y zonas patrimoniales, estén declarados o no, tengan representación con voz y voto en las decisiones que toma la autoridad, sea en el actual Consejo de Monumentos Nacionales o la entidad que cumpla tales funciones. Lo mismo respecto a las decisiones que sobre el particular le competan a los municipios.
Solicitar a las autoridades nacionales y comunales que impidan la demolición de los inmuebles cuando una solicitud de declaración de área protegida patrimonial, tales como monumentos históricos, zonas típicas, inmuebles y zonas de conservación, está en curso ante la autoridad.
Las experiencias en la declaración de zonas típicas por los vecinos ante el Consejo de Monumentos Nacionales han sido diversas, pero llama la atención como en los últimos meses han aumentado los requisitos y la burocracia en el proceso de declaración, la ausencia de fiscalización en las áreas declaradas y la negligencia en dar respuesta oportuna y útil a los vecinos en varios casos, cuestión que algunos dirigentes de barrios patrimoniales han denunciado públicamente.
En atención a lo anterior, las demoras en los procesos de declaración de zonas típicas han implicado que los municipios entreguen permisos de construcción, lo que han significado la destrucción de inmuebles para la construcción de edificios de altura, situación que amenaza la calidad de vida de todo un barrio. Por lo mismo algunos vecinos y dirigentes han solicitado la unidad con el objeto de protestar ante tales prácticas legales o ilegales y presentar los recursos de protección que correspondan ante la justicia y las autoridades locales, regionales y nacionales.
Finalmente, creemos que para impulsar estas conclusiones es importante avanzar en el establecimiento de una ciudadanía patrimonial que se funda en nuestra memoria histórica particular y en nuestras formas de participación social, no para que nos cerremos a lo nuevo o lo foráneo, sino más bien para que consolidemos de manera positiva nuestras identidades, potenciando los valores universales de respeto y la paz entre todos los pueblos, los cuales siempre deben guiar nuestras acciones, siendo el cuidado y valoración de nuestro patrimonio una forma de dignificar la existencia de cada uno de nosotros, tanto individualmente como colectivamente.
Valparaíso y Santiago, 28 y 29 de mayo de 2009.
Suscriben esta carta al 10 de Junio de 2009:
Organizaciones
Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay
Vecinos Zona Típica Barrio Dalmacia
Fundación Patrimonio Nuestro
Fundación Víctor Jara
Dirección de Extensión Universidad de Playa Ancha
Cultura en Movimiento
Red Cultural Víctor Jara, Coordinación Valparaíso
Centro Cultural Patricio Bunster
Centro Cultural El Sitio de Yungay
Personas
Ángel Cabeza, Arqueólogo.
José Osorio, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay
Karen Medina, Periodista
María Cristina Bustos: Presidenta Junta de Vecinos N° 11, Nataniel Cox, 10a Agrupación, Santiago. Zona Típica Barrio Viel.
Mireya Pinto Millán: Presidenta Junta de Vecinos N° 12, Manuel Barros Borgoño, 10a Agrupación, Santiago. Zona Típica Barrio Viel.
Rosario Carvajal, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.
Si adhieres a esta carta envía un correo a: elsitiodeyungay@gmail.com
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